EL NIÑO DE AGUA
En un día de San Valero, un profesor iba vigilando por el recreo del colegio de Daroca. Era un día maravilloso, soleado y de temperatura agradable, cuando el profesor ve en el suelo una ropa mojada en un gran charco de agua.
- ¿Qué hace esta ropa aquí, en este charco?- se preguntó el profesor.
El profesor pensó que habría algún niño sin ropa por el colegio. Entonces llamó a seis alumnos para que buscaran con él ese supuesto niño.
- ¡ Pedro, María, Laura, Juan, Claudia, Santi! Venid aquí, por favor - llamó el profesor.
- ¿Qué pasa, profesor?- preguntó Juan.
- He encontrado esta ropa en el suelo, de un niño de más o menos 9 años, como vosotros, y quiero que me ayudéis todos a buscarlo - dice el profesor.
Entonces todos se pusieron a buscar al niño. María, Claudia y Juan buscaron por un sitio y los demás por otro. María, Claudia y Juan ven en un rincón del porche del colegio... ¡una figura de agua con forma de un niño de más o menos nueve años, transparente! María, Juan y Claudia llaman a sus compañeros para que vieran aquella figura tan extraña.
- ¡Mirad lo que hemos encontrado!- gritan María, Juan y Claudia.
El niño de agua estaba asustado.
- ¿Cómo te llamas?- pregunta Pedro al niño de agua.
- F-l-u-m-e-n,- responde tímidamente y un poco asustado.
- ¿De dónde vienes?- pregunta Santi.
- Vengo del Ebro - le contesta Flumen.
- ¡Ah!, entonces tú vienes del Río Ebro de Zaragoza, ¿no? - pregunta Laura.
- Sí - dijo Flumen.
- Y...¿por qué vienes desde tan lejos hasta Daroca?- pregunta Claudia.
- Porque me gusta visitar todos los lugares del mundo, y hoy, me apetecía ver Daroca - responde Flumen.
Como hacía calor, de repente, observan que Flumen se estaba evaporando.
- ¡Oh, no! ¡Flumen se está evaporando!- grita Claudia.
- ¡Tenemos que hacer algo!- dice Juan con lástima.
- ¡Sí, y deprisa!- comenta Laura.
De repente, a Flumen se le ocurrió una brillante idea.
- Llevadme cerca de una alcantarilla. Así podré marcharme a Zaragoza lo más rápido que pueda y llegar antes al Río Ebro.
- ¡Muy buena idea!- dice sorprendido Santi.
- ¿Y qué decís vosotros?- pregunta Flumen.
- A mí me parece bien- dice María.
- Pues decidido, haremos eso.
Los niños vistieron a Flumen y lo llevaron a la alcantarilla.
- Bueno amigos, me tengo que ir- dice Flumen.
- ¡Adiós, buen viaje, je-je-je!- le responden todos.
Y Flumen desapareció por la alcantarilla por donde había venido, mientras el profesor continuaba intentando buscar una explicación lógica a un gran charco de agua en un día soleado.
FIN
Sandra Castillo 1ºB